Anna-Klara Bratt

El abismo del diablo en el verano sueco

SURda

Fuente: Arbetaren

"Y lets face it, es dificil hacer música popular moderna del dolor de muelas y chorizos de mala calidad pero baratos en Lidl. Es sencillamente meter una cuña entre los trabajadores y los desocupados. La alianza de derecha le llama linea de trabajo. Permitanos llamarla el abismo del diablo."

Hace ya algunos años que está ausente el existente ”abismo” o diferencias de clases en el debate político sueco. El partido de izquierda tenía como tema ”Disminuir este abismo” en un congreso durante el tiempo de Gudrun Skhyman a comienzos de la década del 2000 y ”el abismo” entre el establishement y laboriosos políticos jóvenes discutían diligentemente después de las repercusiones de los sucesos de Gotemburgo del 2001. Pero ahora parece como que el ”abismo” social ha desaparecido. ¿Quizás dependa de que hoy son tan grandes las diferencias que un grupo no puede ver lo que el otro hace? La diferencia se partió y quedó solo el precipicio, el abismo, o como en los libros de Astrind Lingren: el abismo del diablo.

Por medio de amenazas de despidos, destrozado el sistema de seguro social, desmejorado el seguro de paro y la crisis económica que hace fruncir la frente a ambos víctimas y perpetradores la clase media se ha beneficiado como nunca.

Si tienes préstamos y eres asalariado tanto lo uno como lo otro tienes mas dinero en la billetera como nunca antes. El crédito es barato y el impuesto es bajo y tu por lo tanto si eres casado, progenitor, y dueño de un chalé puedes hacer deducción de impuestos casi siempre en el trabajo o en tu vida privada, comprar auto económico y barato y llevar a tus hijos a una mejor escuela en tu último modelo mientras piensas que horrible de que en Rosengård esté inundado de cucarachas.

Quizás alimentas con buenas albóndigas a tus niños, haces ejercicios para sacarte la tensión de la nuca en el gimnasio y piensas que hacer turismo interno es bueno tanto en lo económico como para el medio ambiente este año.

Por lo contrario si estás del lado equivocado del ”abismo del diablo” es la situación apremiante. El alquiler sube de precio o queda igual.

Tienes que renunciar al trabajo de medio tiempo a causa de las nuevas reglas del seguro de paro (a-kassan).

Las frutillas son caras y en los centros de recreación juvenil son tantos los niños que el personal no puede dejar el trabajo. Si eres soltera(o) con hijos estás en una situación delicada en el mercado de trabajo y no puedes por lo tanto aprovechar y deducir los impuestos por las mejoras en tu casa (rutavdrag) ni tampoco beneficiarte con las mejoras en los derechos de igualdad y de reforma de la libertad de elección.

Si te enfermas eres un fraudulento, como si fuera poco tienes otra lengua materna que la sueca te conviertes directamente en sospechoso. Durante todas las circunstancias tu sabes de que estás marginado, las colas son inmensas en en la oficina del social y la asistenta está irritada y estresada por la presión del trabajo.

Si tienes dolor de muelas vas al dentista para que te la saque en lugar de arreglarla. De todas maneras es caro igual.

¿Quizás encuentras chorizos fuera de fecha en Lidl? A pesar de que los chorizos contienen poca carne y mucha agua son más baratos. Tienes siempre que comprar mercancias con muchos ingredientes para recibir una media bolsa para llevar en lugar de una media vacía. La vida es una fiesta. Los niños se alegran por las papas fritas mientras tu miras los entretenimientos del verano de Österlen. Esto es lo único que tienes en común con la clase media.

Los lugares de encuentros sobre las fronteras de clases son tan buenas como exterminadas.

Porque ni la escuela, el mercado de trabajo o el mercado de la vivienda funcionan integradas y mientras las pizerías y los camping están vacios en el verano sueco la marina y las cabañas de verano están todas reservadas. Con la ayuda de Fredrik Reinfeld, y Tomas Ledin le ponen la corona a la clase media sin importarle un bledo de los que están del otro lado del abismo del diablo.- ellos no tienen dinero para pagar el concierto. En esto tiene efectivamente Tomas Ledin razón.

Y lets face it, es dificil hacer música popular moderna del dolor de muelas y chorizos de mala calidad pero baratos en Lidl. Es sencillamente meter una cuña entre los trabajadores y los desocupados. La alianza de derecha le llama linea de trabajo. Permitanos llamarla el abismo del diablo.

Traducción para: SURda : Julián Baez